miércoles, 6 de abril de 2011

LA LUCHA CONTRA LA LEUCEMIA DEPENDE DE TODOS

Me van a permitir una pequeña licencia, y que me aparte un poco en esta ocasión de la rutina del blog. Pero creo que en esta ocasión está más que justificada.

El próximo 7 de Abril, es el día de la Salud. Aprovecho desde aquí para hablarte a tí que lees esta entrada, la necesidad tan grande de que te hagas donante de organos, así como de medula osea. La leucemia es una enfermedad que me atañe muy de cerca, ya que por desgracia inundó a mi familia allá por el año de 2002, cuando se la detectaron a uno de mis cuatro hermanos. Momentos de angustia, de vernirse el mundo encima, estabamos perdidos...






Recuerdos aciagos, cuando en aquel caluroso verano de 2002, y en el hospital Reina Sofía de Córdoba, teníamos que ver a mi hermano tras ese frío cristal, dónde recibía la quimioterapia. Su caída de pelo, las llagas que inundaron su boca, su palidez, la morfina como su mejor amiga y su honda soledad entre aquellas cuatro paredes, tan solo consolado por las visitas que le hacía mi madre, la cual se aferraba a las pocas horas de visita, que tenía para poder verlo. Mientras yo, andaba a caballo entre Jaén y Córdoba, para tambien estar con ella, y que no estuviera sola durante el resto de día, en aquel piso, que la asociación española contra el cancer, cede gratuítamente, y que mi madre compartía con dos señoras más, que tambien tenían, como tantas personas a sus familiares ingresados.

A mi memoria viene uno de los momentos más hermosos vividos. Y fue cuando le entregué, a la enfermera una estampita de la Esperanza Macarena de Sevilla, Reina de Cielos y Tierra, para que se la metiera a mi hermano en la cámara dónde estaba aislado... a los minutos, a través del telefonillo por el cual podíamos hablar con mi hermano, el me dijo: "Se me ha quitado la fiebre totalmente". ¿Casualidad o milagro?, lo único que se, que no hay viaje a Sevilla, sin que me postre ante la Señora, para darle mil gracias por todo.

Cuantos paseos por Córdoba, cuantos rezos al aire, cuántas lágrimas al río, cuantos sueños rotos... Encarnación del Cerro, Buen Fin del Campo de la Verdad, Paz de Capuchinos, y tantas otras a las que en esos días convertí en mis fieles alíadas y mis mejores confidentes.

Somos cinco hermanos, y tuve la gran fortuna, de resultar yo compatible con mi hermano. Yo sería el donante. Jamás podré olvidar tras la operación a la que fui sometido, las palabras de mi hermano, mientras le hacían el transplante a través del catéter. GRACIAS... gracias? le contesté yo, mientras mis ojos se inundaban de lágrimas, que menos, sino hacer eso por un hermano. Fue cuando me dijo, que si llegaba a tener un hijo, le pondría, Sergio, como yo.

Han pasado los años, mi hermano se casó (tuvo que anular su boda cuatro meses antes, debido a la enfermedad), ha sido ya padre de dos preciosos niños. Si, uno de ellos, el primero, se llama SERGIO, en mi honor, y símbolicamente se convirtió en el hijo, que nunca voy a tener. Hace una vida totalmente normal desde hace varios años, tiene un buen trabajo, y es una persona feliz.

Mi hermano me tuvo a mí... hay personas enfermas, que no tienen tanta suerte, porque no encuentran un donante compatible, personas que mueren en la espera. Personas anónimas, que algun día pueden tener los nombres y apellidos de ti mismo, de un amigo o de un familiar próximo.

Para el enfermo que lo lea... LUCHA, que se sale ADELANTE. Con tu familia, tus buenos amigos, con fortaleza y como no, con la Virgencita que reina en tu cabecera.

A ti que me lees. DONA.DA VIDA. EJERCE DE CRISTIANO. Que seguramente, ese Jesús y su madre, que tanto adoramos, nos lo agradecerán.

A continuación os dejo, una intervención que realicé en un programa de televisión, hace varios meses, donde se trataba el tema de las donaciones de medula en este caso. Si con este testimonio, he conseguido aunque sea lo más mínimo me doy por satisfecho. Al menos espero que hayas podido conocerme un poco más. GRACIAS.





Sergio Marchal

1 comentario:

  1. Ricardo Moreno Gómez11 de marzo de 2011, 10:20

    Estremecedor relato. Emotivo. Emocionante. Impactante. Denota una fuerte formación y convicción cristiana.

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