martes, 5 de abril de 2011

JUAN BENITEZ MORENO


Seguimos la serie de entrevistas a vestidores de las distintas imágenes de D. Luís. En esta ocasión cuento, con el vestidor de Mª Stma. de la Paz, titular de la Hermandad de la Borriquita, de la localidad sevillana de El Viso del Alcor. Dicha dolorosa la pude contemplar el pasado mes de Julio, en vivo, de la mano del imaginero de la tierra Ramón Martín, el cual aprovecho una vez mas la acogida que me dió, así como enseñarme la bella localidad. Así pues estas son las respuestas, del vestidor de dicha talla mariana, D. Juan Benitez Moreno.




SMM.- ¿Cuales y cómo fueron sus inicios en este, el arte de vestir a Mª Stma?

JBM.- Siempre he sido una persona muy observadora, sobre todo en aquellos detalles que muchas veces pueden pasar desapercibidos. Con ello y por considerar que el hecho de ataviar a una imagen es algo fundamental para la misma, siempre me llamó poderosamente la atención este hecho.

Hemos de tener en cuenta que este tipo de imágenes, como la que estamos tratando: una dolorosa de candelero concebida para vestir, requieren de una cualificada indumentaria acorde al modelo. Digamos que la vestimenta es algo fundamental.

Por todo ello, tras la adquisición de la imagen de la Virgen de la Paz por parte de mi hermandad de la Sagrada Entrada se me responsabilizó, en cierta medida, de este cargo junto con otras compañeras de la corporación. Siempre nos apoyamos en otros referentes, como vestidores notables que hoy en día pues aún perduran tras su trayectoria como vestidores.

SMM.- ¿Qué dolorosas de la producción de D. Luís son de las que se encarga de ataviar? ¿Desde cuando lo lleva haciendo? 

JBM.- De momento sólo me encargo de vestir a la Virgen de la Paz de El Viso del Alcor, que es la imagen de mi devoción. No descarto por ello el poder ataviar a otras imágenes, que no tendrían que ser salidas del insigne escultor Luis Alvarez Duarte. A esta dolorosa la llevo vistiendo casi desde el momento que llegó al pueblo, tras vestirla en un par de ocasiones el propio escultor.




SMM.- ¿En que se basa para aplicarle las distintas prendas, a la Virgen? 


JBM.- Hay veces en las que la virgen tras cualquier cambio de indumentaria es bastante comentada por multitud de personas devotas y fieles de la misma. Claro es, que siempre no son críticas positivas, y eso me gusta. Ello denota de que la virgen llama la atención y la gente se fija en ella, tanto para positivo como para negativo. Como vestidor me dejo llevar en primer lugar por el rostro y la espiritualidad de la imagen que tengo delante.

Me fijo en su rostro, en su mirada, en su policromía y en definitiva en el conjunto que nos ha legado un artista, el cual ha dejado en mis manos una obra que como responsabilidad tengo que mantener en primera linea para que llegue a suscitar la devoción de los fieles. Basándome en todo ello, veo y observo que este tipo de imagen como es la que visto, requiere de una atención especial y muy cuidada. No se puede vestir de cualquier manera.

El rostro de la virgen de la Paz tiene una espiritualidad decimonónica, parece ser que su escultor se inspira para su creación en obras del siglo XIX como las dolorosas de Astorga, tales como la virgen de la Angustia de los Estudiantes o la virgen de la Esperanza de la hermandad de la Trinidad, ambas de la capital hispalense. Atendiendo a tales circustancias y tomando como base todo esto que planteo, siempre intento presentar a la imagen con un aire romántico propio del citado siglo.

La virgen no se presenta así por capricho como mucha gente pueda creer, si no que todo esta perfectamente estudiado y meditado. Siempre buscando ese carácter e impronta retomado de fotografías en blanco y negro de épocas pasadas, se mide y se seleccionan encajes, colores y prototipos únicos de vestimentas que particularizan mucho a la imagen una vez vestida.


SMM.- ¿A la hora de vestirla, tiene en cuenta el punto de vista o la opinión personal del cuerpo de Camareras? ¿Admite ideas? 


JBM.- He de decir que a veces es difícil tomar la opinión de personas que están cercanas y que trabajan codo con codo conmigo para que la imagen siempre quede perfecta. Y digo que es difícil porque la mayoría de las veces prima ante todo la improvisación y el momento. Se trata de crear el efecto, como el pintor cuando pinta el cuadro que de momento plasma sin pensar sobre el lienzo aquella idea que surge de la nada. Eso es difícil de rectificar o cambiar.

Aún así siempre escucho a las personas que me rodean en esos momentos e incluso siempre voy preguntando sobre la opinión de cada una ellas. No quiero decir con ello que siempre que se pida opinión se rectifique o cambie, pero hay veces que me ayudan a corregir aspectos que yo mismo no he llegado a contemplar por el motivo que sea. Es bueno escuchar propuestas e ideas con las que enriquecer a la imagen en todo momento, pero claro siempre aceptando aquellas que como digo lleguen a fomentar su iconografía a través de su indumentaria.




SMM.- ¿Cómo lleva usted, las críticas u opiniones que pueda verter el distinto público sobre su forma de vestir a Mª Dolorosa? 


JBM.- Pues las críticas u opiniones que surgen a la hora de presentar a la dolorosa ante los fieles las tomo con precaución y sobre todo con mucho respeto. Siempre quieras o no te hacen meditar y pensar. Yo entiendo que siempre no está a gusto de todo el mundo. Pero realmente creo que tengo las ideas bastante claras y la imagen se ha definido tal como la vemos hoy en día. Intentaré por todos los medios llevar y consolidar esa linea de romanticismo y recogimiento que imprime a la virgen un realismo roto por una inmensa espiritualidad.


SMM.- ¿Cuales de las distintas etapas del año, son las que mas le entusiasma o agrada, a la hora de vestir a Mª Stma? Época estival, luto, inmaculada, hebrea, para la procesión... 


JBM.- Creo que todos los momentos del año son ilusionantes porque te encuentras cara a cara con el rostro una imagen bellisima que me transmite calma y serenidad. La ilusión viene siempre motivada por el hecho de tomarse como un reto, el reto de presentar a la imagen ante multitud de fieles y devotos que siempre esperan que su virgen este radiante y lo más elegante posible. Me quedo con el mes Noviembre, donde el atuendo negro enfatiza aún más el carácter clásico de la dolorosa. Envuelta de luto la virgen llora más... Su expresividad crece, se eleva.

La imagen con la ropa oscura está más viva, más cercana. La imagen con los tejidos oscuros adquiere una mayor prestancia y una elegancia singular. En este caso el negro connota dolor, recordemos que es una dolorosa... connota elegancia... y otros muchos aspectos que hacen de la imagen algo más real, más cercano.

Ello no quita que se disfrute de otros muchos momentos como el verla vestida de hebrea o preparada para los cultos, etc. Me gustaría indicar que no soy partidario de cambiar tantas veces a las imágenes, no me gusta, me da una mala impresión... es sólo una opinión personal.


SMM.- ¿Que le diría a la gente que piensa, que el vestir a una imagen, es algo secundario o superficial? ¿Hasta que punto le daría usted importancia? 


JBM.- Creo que la importancia que se le debe de dar al hecho de vestir a una imagen tiene que ser algo medido, aunque no secundario. Muchas veces me paro a pensar y me pregunto: ¿Qué pasaría si dejásemos todo el año a la imagen de la virgen vestida de la misma forma? Pues seguramente no ocurriría nada. Sería suficiente con que mantuvieramos a la imagen decente y limpia.

Soy de la opinión de que cuando toca vestir a una imagen pues que se haga con toda la ilusión y dignidad posible, hemos de tener presente siempre lo que representa y que es vehículo evangelizador. Pero también soy de la opinión que rinde culto a un "no desface", en contra de que se convierta en un juego o tal vez en un hobby de una persona en concreto. Soy partidario de que se hagan los menos cambios de atuendo posible: es la imagen de la virgen, no es una muñeca.

Y siguiendo en esta linea, de igual modo me parece que está fuera lugar el abusar de elementos que a veces nada tiene que ver con la imagen y que en determinados momentos la desvirtúan y la proponen para un contexto en el que no encaja. Me refiero con ello al uso de determinadas prendas, abuso de colores, cambios innecesarios, etc.




SMM.-¿Que siente usted, cuando está ante ellas ataviandola? ¿Conversa interiormente con ella? 


JBM.- Mi conversación la dejo para cuando la tengo en mente en momentos puntuales del día a día. Por mi forma de ver el arte, cuando estoy delante de la imagen es como un compendio de sensaciones que van desde el más puro sentimiento devocional, pasando sobre todo por lo artístico. Valoro en esos momentos a la obra de arte incluso más que aquello a lo que representa. Creo que esta manera de pensar forma parte del rol en que me sumerjo por mi labor de culminar la obra de arte, es decir, concluir la obra con los tejidos y todos los demás elementos.


SMM.- ¿En que parte del proceso del vestir, necesita invertir mas tiempo? 


JBM.- En el proceso del vestir a la imagen de la virgen hay dos partes claves: la primera es poner el tocado que es el que abarca la mayoría del tiempo y una segunda parte que yo valoro mucho y creo que es muy importante en el proceso como es la puesta del manto sobre la imagen. La primera es indiscutible que es fundamental. Enmarcar el rostro de la virgen es una ardua labor de ingenio, paciencia y templanza. Hay que tener el instinto y la mirada atenta a como se va configurando la labor hasta que quede acorde con la virgen.

Y con respecto a la otra parte no menos importante, aunque requiera de menos tiempo, es como digo otra parte fundamental. Cuando se coloca el manto hemos de tener en cuenta el que no se deforme la trama de encajes o prendas que ya lleva puesta la imagen. Se trata de encajar el manto sobre lo ya hay hecho sin destruirlo. Y también su importancia radica en dar un volumen justo a la imagen con el pollero, intentando que quede todo en su justa medida.

En el caso de la virgen de la Paz, siempre intento que no quede demasiado abierta con el manto, no demasiado ancha para conseguir una imagen más estilizada y en concordancia con todo el conjunto.

SMM.- ¿Qué destacaría de D.Luís como imaginero? 


JBM.- Considero a Luis Alvarez Duarte como uno de los imagineros más grandes que ha dado esta tierra. He tenido la suerte de conocerlo ya que no sólo es el autor de la imagen de la Virgen de la Paz sino que también realizó las imágenes del Cristo de la Salud en su Sagrada Entrada en Jerusalén, primer titular de nuestra corporación. También realizó para nosotros las imágenes del Apóstol Santiago y de San Juan Evangelista. He de destacar de Luis como artista, su brillantez a la hora de plantear la ejecución de una obra antes de realizarla. La rotundidad y claridad de ideas.




SMM.- Definame con pocas palabras a la Virgen de la Paz del Viso del Alcor? 


JBM.- Creo que ya he definido bastante bien anteriormente como es la virgen nuestra. Cómo decía es una virgen contemporánea, en la que en ningún momento se intenta copiar o imitar a una imagen antigua. Creo que el imaginero sólo expresa a través de ella el espíritu del S. XIX, se basa en ello, lo transmite a través de numerosos rasgos evidentes.

Destaca la palidez de la policromía, una belleza espectacular pero que llega al fiel con una espiritualidad abrumadora. La virgen tiene vida que nos llega a través del movimiento como lo podemos observar en el cuello, en el rictus de la boca entreabierta y a lo que intento profundizar y destacar con las manos. Son fundamentales el movimiento de las manos. Siempre la virgen lleva una mano que va directamente al corazón.

Cómo dijera en su día el imaginero, el rostro de esta virgen evidencia lo que aún no ha acontecido, la Pasión y Muerte de su Hijo. Ella lo refleja en su rostro. El Jesús que va triunfante en la Borriquita, morirá por nuestra salvación. María así lo expresa, es un dolor comedido que se refleja en su rostro. Por ello lo de la mano en el corazón, punto donde la madre guarda el dolor por lo que sucederá.

La otra mano la derecha se dirige hacia el espectador para ofrecer la paz, simbolizada en una rama de olivo de plata. María con su mano extendida ofrece la paz al mundo. Ahora somos nosotros los que tenemos que pensar en que si tomamos esa paz o la dejamos ahí en su bendita mano.


SMM.- ¿Que cree que le falta y le sobra, a la Semana Santa, de su ciudad natal, el Viso del Alcor? 


JBM.- La Semana Santa de El Viso del Alcor es fruto de las diferentes circunstancias de cada momento que con el paso de los años se ha ido consolidando como fiesta con letras mayúsculas. Pienso que le falta a veces público en cada una de las procesiones, pero que si lo miramos desde dentro, es decir, desde la propia hermandad y con el sentido común, la estación de penitencia se debe entender desde otra dimensión.

Debemos mirar este acto no como un espectáculo en la calle si no como un elemento evangelizador. Y también junto a este elemento estamos nosotros como participes de la cofradía. Por lo tanto hemos de valorar más nuestra participación como hermanos en cada una de las hermandades y cofradías que todo lo demás. Muchas Gracias y un abrazo.

Gracias a tí Juan, por ocupar parte de tu tiempo, a este espacio dedicado a conocer mas de cerca, la ardua labor de los vestidores de María. Un abrazo afectuoso, desde Jaén. Que la Señora de la Paz, le ayude en la vida.


Fotografía:
Antonio Muñoz.
Antonio J. Mora.
Sergio Marchal.
http://sagradaentradavisoalcor.blogspot.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario